Cerca de doscientos años después de su muerte, el carácter icónico que la figura de Beethoven ejerce en el ámbito de la música clásica actual está fuera de toda duda. Sus composiciones ocupan un lugar prominente en la programación de las salas de conciertos de todo el mundo. Sin embargo, la imagen actual del compositor y su obra son el resultado de sucesivos procesos de recepción y transferencia cultural. Como explica Teresa Cascudo en su monografía sobre la recepción de Beethoven en España, cada uno de los contextos históricos posteriores ha realizado una propuesta de lectura de la obra del compositor alemán basados en los mediadores culturales y la tradición interpretativa subyacente.

Tras su muerte, acaecida el 26 de marzo de 1827 en Viena, la figura del compositor comenzó rápidamente a adquirir un profundo simbolismo. Beethoven trascendió su papel como un mero músico y se convirtió en un símbolo del espíritu romántico. Su música resonaba con las emociones más profundas y apasionadas de la época, y su figura adquirió un significado que iba más allá de su genialidad artística. Esta visión simbólica del compositor, considerado una de las cumbres de la música sinfónica, dejó una huella profunda en la España del siglo XIX donde la interpretación de sus sinfonías adquirió un carácter simbólico.

Del mismo modo, el carácter simbólico que envolvía la figura de Beethoven se refleja de manera palpable en la iconografía de algunas obras pictóricas españolas del siglo XIX y principios del XX. Los artistas plasmaron la presencia e influencia del genio musical en su representación visual. Las imágenes de Beethoven emergen como un símbolo de la creatividad desbordante, la pasión revolucionaria y la lucha por la libertad artística. Su rostro y su figura se convierten en un emblema que inspira a los artistas españoles de la época, transmitiendo un mensaje de resistencia, genialidad y exaltación del espíritu romántico.

Obras de artistas españoles de principios del siglo XX, como Sonata 14 (II) de Fernando Labrada o el retrato que el pintor Valentín Zubiaurre realizó de su padre, incluyen referencias claras a Beethoven y su obra. El objetivo de este estudio es examinar las características asociadas a la imagen del compositor y su obra durante el siglo XIX y cómo éstas se desarrollan a lo largo de la primera mitad del siglo XX.